El sustento de la objetividad
Aunque sea difícil conocer la verdad, no se niega la posibilidad de que el hombre pueda llegar a ella. Pues "la persona humana se caracteriza por su peculiar apertura a la belleza a la verdad y al bien. Por eso una de las posibles definiciones que se puede dar del hombre es la del ser que busca la verdad.
Naturalmente el ser humano busca la verdad, pues eso le permite sentirse seguro de que aquello que conoce está fundamentado en la realidad y, por tanto, representa tanto el bien propio como el de los demás. Esta búsqueda se convierte en un proyecto de cada persona y, por tanto, es el verdadero norte al que todos deben aspirar.
Como ya se dijo alcanzar la verdad es necesario tener un espíritu crítico para tener una mentalidad que nos ayude a profundizar y pasar por encima de opiniones consolidadas pero incorrectas o de ambientes de opinión que critican los hechos, personas o instituciones sin fundamentar sus afirmaciones.
Aunque sea difícil conocer la verdad, no se niega la posibilidad de que el hombre pueda llegar a ella. Pues "la persona humana se caracteriza por su peculiar apertura a la belleza a la verdad y al bien. Por eso una de las posibles definiciones que se puede dar del hombre es la del ser que busca la verdad.
Naturalmente el ser humano busca la verdad, pues eso le permite sentirse seguro de que aquello que conoce está fundamentado en la realidad y, por tanto, representa tanto el bien propio como el de los demás. Esta búsqueda se convierte en un proyecto de cada persona y, por tanto, es el verdadero norte al que todos deben aspirar.
Como ya se dijo alcanzar la verdad es necesario tener un espíritu crítico para tener una mentalidad que nos ayude a profundizar y pasar por encima de opiniones consolidadas pero incorrectas o de ambientes de opinión que critican los hechos, personas o instituciones sin fundamentar sus afirmaciones.
¿Qué
es la verdad?
No se puede considerar la verdad como un
hecho aislado sino que se relaciona con un sujeto capaz de conocer. Este
proceso consiste en una adecuación entre lo que está fuera del sujeto
conocedor, es decir la realidad objetiva, y lo que está dentro, sus
pensamientos o juicios.
Toda la realidad es objeto de
conocimiento humano, es decir que puede ser aprehendida por él, ya sea de forma
directa o indirecta. Por eso es en el proceso de conocimiento cuando la persona
capta la esencia de una cosa real, la aprehende en su interior para allí
fijarla, conservarla y luego poder reflexionar sobre ella y comunicarla a
otros. Se habla de verdad cuando nuestro conocimiento coincide con lo que las
cosas realmente son.
En la verdad el sujeto actúa como el
quién el que conoce; y la cosa (objeto o realidad) es el qué, lo que se conoce.
Información
y verdad
¿Está la información periodística
interesada por la verdad? Parece que sí, ese es su ideal. Si se ha considerado
a los comunicadores sociales como mediadores entre la realidad y el público, lo
más lógico es que las noticias a difundir contengan la verdad, que estén
fundamentadas en algo real y existente. La estrecha relación entre en
información y verdad ha sido denominada por algunos autores como verdad
informática.
“Admitiendo que es posible conocer la
verdad y por tanto, la realidad de un objeto (que en nuestro caso se puede
referir a un suceso, dato hecho o saber), también admitimos que la causa
material de la información es la verdad sustancial de un saber, suceso, dato o
hecho. ¿Por qué es así, por qué la verdad es la causa material de la
información? Lo es porque el contenido mismo de la información no puede ser
otro que la verdad referida a una realidad sobre la que se informa.”[1]
“El responsable de la comunicación no
puede escudarse en lo que suele llamarse la imposible objetividad. Si es difícil
imaginarse una objetividad completa y total, no lo es la lucha por dar con la
verdad, la decisión de proponer la verdad, la actitud de ser incorruptibles
ante la verdad. Con la sola guía de una recta conciencia ética y sin
claudicaciones por motivos de falso prestigio de interés personal, político o
de un grupo.[2]
“Un comunicador es aquel que –dedicándose
al periodismo, a escribir anuncios o guiones para e cine, novelas históricas o
discursos de propaganda- es habitual conocedor de verdades palmarias y
evidentes que circulan ante sus avezados ojos, pero ha de estar solo preocupado
por mejorar las técnicas para hacerlas llegar a otros, de forma rápida y eficaz”[3]
En esto se debe fundamentar la razón en buscar el perfeccionamiento de la
técnica y de la moral para tender un puente entre la realidad y el público.
Estados
de la mente ante la verdad
En la búsqueda de la verdad, el hombre
experimenta diferentes grados de seguridad sobre el conocimiento que tiene de
aquello que le rodea; en algunos casos está mas seguro que otros. A esos grados
de seguridad sobre nuestro conocimiento los llamamos estados de la mente ante
la verdad. Es decir, ante las distintas realidades, la mente no se encuentra de
la misma manera. De ahí que se afirme que en la medida que el hombre se acerque
mas al objeto su conocimiento se hace mas objetivo y llega a la verdad. También
sucede lo mismo de manera inversa. Estos estados son: certeza, duda, opinión,
fe y error.
La
certeza:
“La certeza es el estado de la mente que
se adhiere firmemente y sin ningún temor a una verdad”[4]
De esta definición podemos decir primeramente que la certeza es algo subjetivo,
por ende está en el entendimiento de la persona que juzga sin temor a
equivocarse.
Debemos aclarar que la certeza no es lo
mismo que la verdad. El sujeto no puede modificar la verdad, solo le está
permitido alcanzarla, por lo que la certeza es un estado subjetivo, mientras
que la verdad se encuentra en esa adecuación entre lo subjetivo y lo objetivo.
La verdad es la causa de la certeza y no al contrario.
La
opinión:
En la labor periodística, la certeza
tiene un grado de importancia, pues de ella depende la publicación de una
información verdadera, sin embargo, se ha tratado de mezclar y confundir con la
opinión. En muchas ocasiones la opinión de una fuente es considerada como
verdad; y por tanto, se puede incurrir en el error de pensar que todo aquello
que revele la fuente de la información es considerado como cierto y por tanto
publicable. Lo cual colocaría a la opinión cono causa de la certeza.
Cuando al sujeto se le presentan dos o
más alternativas sobre un hecho, s entendimiento tiene mayor tendencia a una de
ellas, al adherirse a alguna de las partes, está manifestando su opinión frente
a la verdad.
La
duda:
“Es el estado de a mente en el que el
intelecto fluctúa entre la afirmación y la negación de una determinada
proposición, sin inclinarse más a un extremo que al otro” En estado, el intelecto oscila entre
algo afirmativo o falso, sin adherirse a alguno de estos lados, como ocurre en
la opinión.
En la profesión periodística, la duda es
un obstáculo para la publicación de información si no se tiene seguridad de
algo. Por eso no se puede considerar la difusión de dudas o rumores como
información, ya que se siembra una inquietud en la sociedad sin darle evidencia
de algo.
La
fe:
“Cuando la voluntad mueve al
entendimiento a asentir con certeza, sin miedo a que sea verdad la opinión
contraria, basándose en el testimonio y la autoridad de otro” se habla de la
fe.
La fe es un tipo de certeza que “se basa
en la autoridad del testigo, manifestada por la evidencia de la credibilidad”,
es decir que se confía en lo que el otro afirma, sin temor a equivocarse.
El
error:
“Alguien puede estar convencido que juzga
rectamente bien, y sin embargo puede equivocarse, estar en un error, y por
consiguiente, no tener conocimiento cierto y exacto.
Consiste en hacer un juicio faso acerca
de algo que se ignora. O cuando afirmamos lo falso como verdadero.
Posturas
epistemológicas: objetivismo y subjetivismo
Objetivismo
e influencia positivista:
El nacimiento del periodismo moderno
estuvo marcado fundamentalmente en el querer separar los hechos de las
opiniones. Esta separación hace que se le de prioridad al objeto por encima del
sujeto.
El llamado positivismo cierra por
completo todo aquello que es referente a lo subjetivo, es decir, hay una
exclusión del sujeto mismo: su pensamiento, juicios, valores; por lo que los
hechos sensibles son los únicos admisibles como verdad. Esta es una concepción
errada que se aplica al periodismo.
Y ¿qué es positivismo? Esta es una
corriente de pensamiento –propuesta por Augusto Comte y desarrollada por
algunos exponentes del siglo XX- que consiste en atenerse tan solo a los
“hechos” y considerar como tales solo a los captados por los sentidos y capaces
de ser sometidos a una verificación cuantitativa. Es decir lo que “vale” es
aquello que solo puede ser aprobado por un método. Las expresiones del hombre,
y aquí entra el periodismo objetivista, no son más que una pérdida de tiempo.
Vigente
subjetivismo:
Esta corriente es entendida como la
supremacía de lo opinable como verdad, por lo que toda la afirmación tiene el
valor de una opinión. En este sentido, las ideas que provengan de cualquier
persona, tienen en mismo peso.
Pero la razón va mas al fondo. Los
postulados relativistas y escepticistas han planteado que, como la realidad es
tan compleja y el hombre es tan limitado de conocerla, la verdad no existe sino
que está en cada persona. Estas ideas
ponen en entredicho: primero, la capacidad que tiene el hombre de conocer; y
segundo, el que la realidad se construye a través de lo que cada quien cree
saber.
El escepticismo es considerado como
aquella postura donde se niega que se pueda conocer la verdad, por lo tanto, lo
que sea verdad no importa pues son simples percepciones. Asimismo, el
relativismo es una modalidad del escepticismo que se aplica sobre todo a las
verdades prácticas y éticas.
Vuelta
al realismo centrado de la persona
Para poder contrarrestar estos dos
extremos en el modo de cómo se conoce la verdad, solo una idea puede recuperar
el verdadero sentido del periodismo. Es decir, proponer como camino de
“salvación” una vuelta al realismo, el cual debe estar centrado en la persona
humana: en su libertad, individualidad y dignidad.
Por eso es necesario reconocer sin
titubeos que el conocimiento humano puede adecuarse a la realidad aunque sea de
forma limitada. “No se debe negar la evidencia de que el hombre tiene
posibilidad de aprehender la realidad, aunque de modo imperfecto, por una
deformación extremada del concepto de verdad, que no responde a la capacidad
cognoscitiva del ser humano.
“Si el origen de la verdad es la misma
realidad, para avanzar en el conocimiento debemos esforzarnos en captar mejor
la realidad de las cosas y no simplemente estar informados de lo que opinan unos
y otros, pues la opinión de los hombres (ni los hechos puros) no es fuente
clara de la verdad.
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